ENTREVISTA A MI PADRE

Mi padre, Javier Moreno de la Cova, fallecido en julio del año 2.000, era un gran aficionado a los toros bravos y a su mundo. Amigo de Guerrita, Manolete, Juan Belmonte, Radael el Gallo, Luis Fuentes Bejarano, etc. Durante bastantes años, llevó la gestión de cuatro ganaderías bravas de encaste SALTILLO, bajo la dirección de su padre, D. Félix Moreno Ardanuy, y fue un garrochista sobresaliente, que preparaba los caballos con los que corría. Igualmente, perteneció a la Junta Directiva Nacional de la Unión de Criadores de Toros de Lidia, en representación de los ganaderos de la zona andaluza.

Pero era un romántico de los tiempos pasados, y no supo evolucionar, adaptarse y aceptar las nuevas reglas del juego del planeta de los toros, para estar en primera línea, por lo que su ganadería fue perdiendo fuerza para competir con muchas otras nuevas, que sí supieron asumir la nueva realidad y adaptarse a ella. El no necesitaba la ganadería brava para subsistir, y aplicaba la máxima que le repetía su padre: "si alguna vez sois ricos, entonces tener ganado bravo, pero no tengais nunca una ganadería brava para comer de ella. La ganadería brava es como la corona de una familia".

Llevar una ganadería brava, hoy día, exige mucho sacrificio, mucho trabajo, mucha competencia, y mucha dedicación, además de un buen "bolsillo". Mi padre, por su edad y circunstancias, no estaba mentalizado para seguir las nuevas reglas, y aunque disfrutaba en los tentaderos de machos y hembras con familiares y amigos, no supo o no pudo evitar, que su ganadería brava fuera perdiendo el prestigio que en su día tuvo ese encaste.

Además de lo dicho, asistía a tertulias, conservó su silla en la primera fila del palquillo del Real Aero Club de la plaza de toros de Sevilla mientras vivió, desde donde veía corridas y novilladas con familia y amigos, y por una sola y única vez, participó en una mesa redonda en las dependencias de la Real Maestranza de Sevilla, en homenaje a su amigo Juan Belmonte, dejando encandilados a los asistentes al mostrar una excepcional memoria, sin necesidad de manejar ningún papel.

Fué en el mes de julio de 1.997, cuando mi cuñado Santiago Díaz-Pache, un marino gallego enamorado de Sevilla, mantuvo una conversación con mi padre, que grabó, en la finca Los Gallos, en la que procuró que hablase de su tema favorito: el mundo de los toros que el conoció, sus vivencias y recuerdos, opiniones, preferencias, etc.... Todo ello se plasmó en la entrevista que, en homenaje a el, a su afición y conocimientos del mundo del toro bravo, me permito transcribir, con anécdotas y curiosidades, para general conocimiento.

Agradezco a mi cuñado Santi su magnífico trabajo, en esta desconocida faceta periodística, que puede servir para hacer llegar a todos, sobre todo a los que no lo conocieron, pues quienes lo conocían sabían de su excelennte memoria para estas cosas, y a el recurrían, contínuamente, como si fuese un oráculo, para descubrirr sus pensamientos y opiniones sobre el ganado bravo, ese maravilloso animal, que si no fuera por las corridas de toros, se habría extinguido, privándonos de que una serie de personas privilegiadas, hicieran arte, poesía, literatura, pintura, música, etc.

Comentarios